Vivir con TDAH sin un diagnostico formal puede ser sumamente difícil . Es
difícil no solamente para el adulto quien lo vive pero para quien lo rodea:
familiares, pareja romántica, maestros, amigos, compañeros de trabajo…
Es sumamente frustrante tener que explicar mil y un veces el porqué te
pierdes en conversaciones o porqué pierdes artículos o confundes fechas
una y otra vez. Muchas veces las palabras no logran explicar lo que
ocurre dentro de nuestra cabeza y esto daña relaciones tanto en casa
como en el trabajo.
El diagnostico formal quizás suena como algo innecesario pero este puede
funcionar como una linterna que alumbra el porqué y te dirige hacia un
tratamiento. El diagnostico también funciona como un apoyo que respalda
todo aquello que vives dia a día . A través de tu propio diagnostico puedes
apoyar a otras personas que viven como tú y que se sienten solas,
incomprendidas. Y es que este trabajo debería de ser de todos. Todos
tenemos que poner nuestro granito de arena educando, informando, o
simplemente comprendiendo y apoyando.
Vivir con esta diferencia neurológica es mas común de lo que piensan.
Según estimaciones de organizaciones como la Organización Mundial de
la Salud (WHO) y la Asociación Americana de Pediatría afecta
aproximadamente 5-7% de los niños y hasta un 5% de adultos en el
mundo.
Ver el TDAH como parte de la neurodiversidad nos puede ayudar a quitar
el estigma y a promover entornos mas inclusivos en el trabajo y/o en el
colegio. Empresas como Google o Microsoft hoy ofrecen acomodaciones
para empleados neurodivergentes.
Seamos como ellos!